Queridos hermanos de la Iglesia que peregrina en Canelones.
En este Primer Domingo de
Adviento comenzamos un nuevo año litúrgico, un nuevo año de gracia, de
participación en el misterio de Cristo y de la Iglesia.
Nos renovamos en la fe de la
segunda venida de Jesús, de su juicio veraz sobre todo hombre, y en la esperanza
de su misericordia, aguardando el reino eterno: entonces seremos semejantes a
Él porque lo veremos tal cual es.
Quiero en primer lugar invitarlos a vivir este tiempo del Adviento con una
gran acción de gracias por cuanto el Señor ha ido haciendo en nosotros, porque
a nosotros siervos débiles nos ha llamado y consagrado a su santo servicio.
Todo está bañado por la luz de Jesús, el enviado del Padre y el don del
Espíritu Santo.
En 2017 el centro de nuestra
reflexión común estuvo en Jesucristo, Palabra del Padre; este año dimos
preferencia a su anuncio, en el kerigma de Jesús muerto y resucitado glorioso.
No debemos dejar ni la escucha y obediencia a la Palabra de Dios, ni el aguijón
a anunciar y dar testimonio de la alegría del Evangelio.
Ahora, en segundo lugar, siguiendo este itinerario, para el año que
comenzamos y continuará en todo 2019, quiero invitarlos a que, dentro del
camino normal de cada cristiano, de cada comunidad y de las celebraciones de la
Iglesia, pongamos dos acentos.
Los invito
a profundizar en la novedad de la
iniciación a la vida cristiana, bajo la mirada de la Virgen María.
1) Pongamos
la atención en los sacramentos de la
iniciación cristiana, en el bautismo y la confirmación y la nueva creación
que ellos nos dan. Estos sacramentos nos hacen parte del misterio de Cristo y
de la Iglesia: por la unión con Jesús y la plenitud del Espíritu Santo nos
llevan al Padre.
En
este camino,
·
Queremos valorar el don de Dios.
·
Buscamos ser más fieles a esta gracia y
realidad
·
Somos invitados a renovar el anuncio
misionero de la novedad del ser cristiano.
2) Al
mismo tiempo el año que comenzamos queremos que sea un camino de la mano de la Virgen María. En ella
vemos toda la santidad que Dios quiere regalarnos en su Iglesia. Los obispos nos
invitan a la consagración del Uruguay a la Virgen en noviembre del 2019. Por
eso, buscamos que el camino de este año nos lleve a renovar nuestra realidad de
pueblo consagrado a Dios, por medio de la consagración a María.
Por último, pasando a una dimensión distinta de la vida diocesana, les hago otro llamado. Los invito a participar activamente en el
programa de financiación de la Diócesis, llamado NUESTRA IGLESIA CANELONES.
·
En estos días se les repartirá
información y también se les interesará acerca de este programa.
·
Cada vez más hemos de hacernos
responsables también de las necesidades económicas de nuestra vida diocesana.
·
Los invito a ayudar con nuestros
recursos, generosamente, según la capacidad de cada uno.
·
Sobre todo les pido que nos hagamos
promotores de esta campaña, que busquemos personas, instituciones, grupos que
puedan dar su colaboración.
·
Como aparece en el folleto, las formas
son diversas.
Que
el Señor Jesús, que vendrá en gloria y majestad, que es nuestra esperanza
definitiva, él que vino en la humildad de nuestra carne y padeció nuestras
debilidades, él que por los sacramentos del bautismo y la confirmación nos hace suyos y nos sella
con el Espíritu, él mismo por la mediación de María, nos regale un agraciado
año litúrgico y pastoral.
Que
en el inicio del Adviento se realice en todos nosotros lo que la Iglesia canta
el primer Domingo: a ti elevo mi alma, a
ti mi Dios y Señor. (S. 24,1).
Los
bendigo de corazón
X Alberto,
obispo de Canelones.
Canelones, 21 de noviembre de 2018,
memoria de la Presentación de Santa María.
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