Immaculée Ilibagiza estuvo en Montevideo y dejó un formidable testimonio de la única solución frente al mal: el perdón. Sólo el amor vence al mal, al odio.
No se trata de una postura meramente exterior, ni de una receta fácil. Al contrario pide mucha sabiduría, mucho coraje, mucha capacidad de sobrellevar.
Al mismo tiempo reclama, o produce, un recto y verdadero amor a sí mismo. El odio y la injusticia ajena provocan en mí un daño del que sale el deseo de juicio, de venganza, de destrucción. Esto último es mío y yo debo superarlo. Y la superación es asumiendo el perdón,
y yendo para adelante.
Es, pues, toda una clase de verdadero humanismo, sin ideologías y sin tapujos.
Por cierto, también incluye la esperanza de la vida eterna, como una verdadera luz que
ilumina toda oscuridad.
Agradecidos por el testimonio vital de Immaculée.
Jesús le dijo al doctor de la ley, luego
de la parábola del buen samaritano: vete y haz tú lo mismo.
Esto me toca: hacer yo lo mismo.
Dejo el enlace, para acercarse más a su testimonio.
http://www.elpais.com.uy/vida-actual/perdonar-me-saque-peso.html
El libro nos hace beber más abundantemente de esta fuente
Comentarios
Publicar un comentario