Mil escusas, un perdón y un propósito

 Mil escusas:
porque el tiempo me ha volado y no he continuado con mi diálogo con los lectores, sobre todo con los fieles.
Un  perdón:
porque espero encontrar mi tiempo y reencontrar a los interlocutores.
Un propósito:
seguir comunicándome por este medio.

Hay un dicho que ha mí nunca me ha gustado: "el camino del infierno está sembrado de buenas intenciones".
Lo entiendo, quiere decir: no basta con tener buenas intenciones, hay que llevarlas a la práctica. Y es verdad.
Pero también es verdad que lo mejor que tenemos es la buena intención, porque nos permite recomenzar y proponernos entregar nuestra vida nuevamente.

Por eso tengo  la buena intención de al menos una vez cada quince días, si puedo más, mejor, escribir algunas líneas.

Entonces aprovecho y te invito a que me perdones, si no respondí, pero también te perdones a ti tus inconsecuencias, tus fallas y que hagas  el propósito en recomenzar con algún buen propósito que habías dejado.

Para ello, te invito a poner la confianza en Dios, de quien siempre  se puede esperar que nos auxilie para serle gratos en el cumplimiento de algún propósito que el mismo Espíritu Santo haya inspirado.

Así que: adelante.

Comentarios

  1. aquí estoy yo, padre Alberto, como estoy segura muchísimos mas. Por supuesto no necesita disculparse, sabido es todo su esfuerzo y dedicación a la Iglesia, ...el hecho de que usted se comunique con nosotros es un lujo inmerecido. Como siempre esperando sus palabras que nos ayuden a crecer en el camino que intentamos transitar. Que lindo es escuchar a alguien con sus investiduras nos tutee ...suena muy bien, gracias.

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