Muy inteligente fue la intervención del Cardenal Bagnasco, arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
Señaló cómo desde un pensamiento común que partía de los derechos humanos, fundados en la concepción de una común naturaleza humana, fuente de derechos y de deberes se ha pasado a un pensamiento articulado en torno a dos afirmaciones:
* la libertad absoluta del individuo. De modo que cada uno es fuente total, principio de toda determinación sin tener ninguna realidad a la que responder (no atiende a la naturaleza humana y a alguna realidad intrínseca).
* la diversidad que debe ser respetada de modo absoluto. Por lo tanto no hay ningún derecho de intervención, ni hay mucho sobre lo cual discutir o buscar.
Estos dos principios, que tienen su verdad, absolutizados, hacen que no haya ya que buscar un bien común o haya un bien a alcanzar, sino simplemente el dejar que cada uno individualmente viva su diversidad como quiere.
De allí sale una cultura 'loca'.
Señaló cómo desde un pensamiento común que partía de los derechos humanos, fundados en la concepción de una común naturaleza humana, fuente de derechos y de deberes se ha pasado a un pensamiento articulado en torno a dos afirmaciones:
* la libertad absoluta del individuo. De modo que cada uno es fuente total, principio de toda determinación sin tener ninguna realidad a la que responder (no atiende a la naturaleza humana y a alguna realidad intrínseca).
* la diversidad que debe ser respetada de modo absoluto. Por lo tanto no hay ningún derecho de intervención, ni hay mucho sobre lo cual discutir o buscar.
Estos dos principios, que tienen su verdad, absolutizados, hacen que no haya ya que buscar un bien común o haya un bien a alcanzar, sino simplemente el dejar que cada uno individualmente viva su diversidad como quiere.
De allí sale una cultura 'loca'.
Es curioso cómo de esta cultura actual se dice que "es lo nuevo", cuando en realidad es lo viejo, lo de la Grecia pre-cristiana, lo de Roma, etc, lo de siempre y en todas partes (desvalorización de la mujer, homosexualidad, esclavitud, etc). Cuando uno medita un poco lo que el cristianismo ha aportado con respecto al ser humano y al orbe, comprueba que el único gran cambio que ha habido en la historia ha sido precisamente el aportado por el judeo-cristianismo.
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