DECLARACIÓN SOBRE EL
PROYECTO DE LEY INTEGRAL DE
LAS PERSONAS TRANS.
1. En noviembre de 2014,
la Conferencia Episcopal Uruguaya dio a conocer la Declaración NO A LA DISCRIMINACIÓN, SÍ AL RESPETO, en la
que se afirmaba: “Desde hace algunos años se ha incrementado a escala
mundial la justa condena de cualquier clase de discriminación. La viva conciencia
del derecho al respeto debido a cada persona y a no ser discriminado por la
raza, el sexo o la religión es aún más
sensible en el caso de personas de diversa orientación sexual”.
2. Estas palabras sirven de preámbulo a esta nueva Declaración,
mientras el parlamento estudia el proyecto de LEY INTEGRAL DE LAS PERSONAS
TRANS. Estas personas, en efecto, han
sido por largo tiempo injustamente discriminadas en nuestra sociedad y es
necesario buscar los remedios para superar una triste situación y aliviar el
sufrimiento de quienes la padecen.
3. Pero “ese justo empeño −continuaba la Declaración de 2014−, se ve desfigurado por quienes quieren imponer la
“ideología de género” y no toleran otras concepciones de la sexualidad, del
matrimonio y de la familia, en particular la visión judeo-cristiana de la que
somos dichosos herederos”.
4. Efectivamente, el proyecto
de ley que nos ocupa sólo puede entenderse en “total oposición a lo que sostienen tanto el
cristianismo como otras religiones y filosofías, en conformidad con la ciencia”, de nuevo con
palabras de la Declaración de 2014. En concreto, el
punto de partida de la Ley Integral es que el sexo es algo convencionalmente
asignado al momento del nacimiento: “Mujer/niña trans, se
afirma, (es) aquella persona que habiendo sido convencionalmente asignada al
sexo masculino al momento de su nacimiento, posee una identidad de género
autopercibida femenina. Hombre/varón/niño trans (es) aquella persona que
habiendo sido convencionalmente asignada al sexo femenino al momento de su
nacimiento, posee una identidad de género autopercibida masculina”.
5. Ante este proyecto de Ley, la Comisión de Familia y
Vida de la Conferencia Episcopal Uruguaya quiere aclarar que la ciencia y la común
experiencia, en oposición a las afirmaciones anteriores, enseñan que el sexo biológico es independiente de toda ley y de toda
convención humana.
6. Asimismo, que el
proyecto de ley de las Personas Trans lleva hasta el extremo la intención de “deconstruir
estereotipos”, que ya estaba
presente en algunos textos de enseñanza, como denunciaban los Obispos en la
Declaración de 2014. Concretamente, al definir a las Personas Trans el
proyecto de ley afirma: “la identidad trans ampara múltiples formas de
expresión de la identidad de género, en particular, se incluye a las personas
identificadas como travestís, transgéneros y transexuales, variantes de género
queer o personas de género diferenciado, así como a quienes definen su
género como "otro", o sin género, o describan su identidad en sus
propias palabras”.
7. En consecuencia, estas
afirmaciones nos alertan, porque el final del proceso “deconstructivo” no puede
ser otro que una sociedad formada por individuos solitarios sin más ligamen que
la propia idea que tengan de sí mismos. Aprovechando la discriminación que
sufre un determinado grupo, se está pretendiendo alterar todo el tejido social fraterno
creado por nuestra sociedad democrática y consagrado en nuestra Constitución.
8. De este modo, el
desarrollo “deconstructivo” de este proyecto de ley llega a
proponer que los menores de 18 años puedan solicitar cambiar su registro
de nombre y sexo, y que puedan acceder a tratamientos médicos que alteren su
normal desarrollo. También, en caso de que los padres no apoyen esta decisión,
que la ley autorice a representantes legales para lograr estos objetivos.
9. Nos
preguntamos: ¿es lógico considerar que un niño o un adolescente menor de edad tienen la
suficiente madurez, para tomar una decisión de tal magnitud que podría afectar
su vida irreversiblemente? A su vez: ¿puede una ley desautorizar y desvalorizar
a las madres y padres de familia, pasando por encima de su patria potestad en
una materia de tanta importancia? Por último: sustituir a los padres por un
representante estatal en una decisión tan compleja, ¿no es una actitud propia de
los estados totalitarios?
10. Subrayamos, por tanto,
que las personas Trans merecen total consideración y ayuda, y que
siempre la encontrarán en la Iglesia, no por relativismo cultural sino por su
absoluto respeto a cada conciencia libre. Pero, al mismo tiempo, vemos con
grave preocupación que en nuestro país se está cumpliendo lo que ha denunciado
el Papa Francisco en diversas ocasiones: “Eso es
la colonización ideológica: entrar en un pueblo con una idea que no tiene nada
que ver con él; con grupos del pueblo sí, pero no con el pueblo, y así colonizar
un pueblo con una idea que cambia o pretende cambiar su mentalidad o su
estructura” (1.II.2015).
11. En suma, queremos
llamar la atención sobre la filosofía individualista que, a nuestro juicio,
inspira el proyecto de ley; confiamos que quienes tienen la misión de legislar
lo harán pensando en el bien común, actual y futuro, de nuestra sociedad. Pedimos
que el don de la Sabiduría los ilumine.
Comisión Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Uruguaya.
7 de
Mayo de 2018.
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