PODER, AUTORITARISMO, ENGAÑO: ¡shh! no hable del aborto.


            Es patética la reacción ante unas charlas informativas sobre el aborto en el liceo de Salto.
Parece que si se les enseña a los chicos que el sexo es simplemente placentero, a condición de que no queden embarazadas (y embarazados) o que trasmitan alguna enfermedad. Si se les enseña que tienen derecho abortar por su cuenta, y a procurarse toda clase de prevenciones del embarazo.  Y podríamos seguir, en este caso no se va contra la diosa LAICIDAD. ¿Por qué no va contra la laicidad, si ésta es una postura como cualquier otra? Si tiene toda una visión del hombre, del mundo, de la vida, de la muerte, y una visión que no es la única, aunque esté sostenida desde el poder, la prensa y pocos se animen a contradecirla.
El aborto es un delito, que – por una ley – no es punible en determinadas condiciones. ¿Por qué no se puede hablar contra el aborto?  ¿De dónde sale que es tan horrible informarles a los muchachos cómo es la vida intrauterina? ¿Por qué es un ataque al sistema educativo dar los datos científicos – incluida la reproducción en material – de una criatura humana en el proceso de gestación?
 Según la ley de  educación la enseñanza pública está abierta a todas las ideas y creencias. ¿Qué mal les puede hacer a jóvenes de 17 y 18 años que oigan a unas ‘exageradas’ señoras que les dicen que ellas piensan que no es bueno abortar y exponen algunos datos científicos? 
¿Hay tanto miedo a un poquito de libertad de enseñanza?
¡Ah! Pero parece que después se les cayó una estampita de… ¡la Virgen María! Eso es más peligroso que un cohete intercontinental.
Vamos. Se  puede pintarrajear de todo en los liceos y una figurita de Santa María va a hacer caer el sistema.

Si no fuera que se impide que la juventud pueda pensar. Si no fuera que no se le ayuda a prepararse para una vida adulta que favorezca el matrimonio estable y la familia, como el mejor modo de formar nuevas generaciones. Si no fuera por lo destructivo de la imposición totalitaria de una concepción vacía de la vida. Si no fuera porque se fomenta una sociedad edificada sobre el genocidio de sus hijos. Si no fuera…  sería para simplemente burlarse porque el rey – o la reina – está desnuda. Y se ve así. ¡Sería para un buen espectáculo de carnaval! Pero, en realidad, es gravísimo. ¿es autoritarismo o totalitarismo cultural?

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