Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había
mandado, y tomó consigo a su mujer.
Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre
Jesús (Mt.1,24-25).
Que la Palabra y el Espíitu de Dios
nos despierten para que reconozcamos al Hijo de Dios, nacido hombre de María, a
quien José le puso el nombre de Jesús y cuidó como padre.
En Él y por Él todo tiene su
verdadera consistencia, el ser humano, hombre y mujer, la vida temporal, en la
infancia, la juventud, la madurez y la ancianidad, la muerte y la
esperanza de la vida eterna, la gracia y el perdón, la belleza y el
dolor.
Hasta la tristeza del pecado, gracias
a Jesús se vuelve humildad, misericordia y abrazo con el Padre.
Que en el nuevo 2016 con San José
hagamos lo que el Ángel del Señor nos manda.
con mi gratitud y cercanía en el
Corazón de Jesús
+ Alberto, amicus Sponsi, obispo de Canelones
Natividad del Señor 2015
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