El Domingo 28 de octubre tuvimos la gracia de celebrar el Día del Señor en la Basílica de San Pedro, con la Santa Misa presidida por el Santo Padre y concelebrada por todos los miembros del Sínodo de los Obispos. Una nueva e inmensa expresión de la catolicidad de la Santa Iglesia.
Los cantos propios de la Santa Misa, el Introito, el Kyrie, el Gloria, Credo y Paternoster y Agnus Dei, el canto de Comunión,.... nos ayudaron a celebrar lenta, interiormente,con la participación activa de la que habla el Concilio, dejando que la mente, el corazón, siguiera a la voz -a la palabra y el canto de la Iglesia - y dejándonos ofrecer con el Cordero Inmaculado y ofreciéndonos con él.
En los momentos de oración, sobre el altar que está sobre la tumba de San Pedro, presenté a toda nuestra Iglesia de Canelones, a todos los amigos y compañeros de camino en el testimonio del Evangelio.
La meditación del Papa sobre el ciego Bar Timeo, que suplicó insistentemente: Maestro, Rabbí, Hijo de David, ten piedad de mí, me ayudó a rezar íntimamente para que el Señor se apiade de mí en la misión que me ha encomendado y a poner en y solo en él toda la confianza.
De allí salimos con toda la Iglesia, enviados a anunciar el Evangelio de Jesucristo a toda la creación.
Preparándonos a la celebración, en el llamado "brazo de Constantino" (mirando a la Basílica a la derecha)
Mons. Milton Tróccoli (se ve atrás la majestuosa escalera, la entrada más solemne al Palacio Apostólico)
Con Mons. Luis Negri, obispo de San Marino - Montefeltro
Desde donde estaba colocado en la Misa
Delante, parados, Cardenal Schönborn, arzobispo de Viena y Cardenal Rouco, arz. de Madrid, se puede ver chiquito al Papa.
Para entretenerse: de nuevo en el brazo de Constantino, después de la Misa, llegando los obispos y sacándose los ornamentos.
Después de la Misa, en el frente de la Basílica con Mons. Milton Tróccoli
con Mons. José Luis Chávez (arz. de Antequera-Oaxaca; compañero del Pío Latino Americano, estaba un año antes que yo)
esperando que apareciera el Papa en la ventana
el Papa leyendo el saludo antes de rezar el Angelus
los fieles, con la Basílica al fondo, escuchando al Papa.
Los cantos propios de la Santa Misa, el Introito, el Kyrie, el Gloria, Credo y Paternoster y Agnus Dei, el canto de Comunión,.... nos ayudaron a celebrar lenta, interiormente,con la participación activa de la que habla el Concilio, dejando que la mente, el corazón, siguiera a la voz -a la palabra y el canto de la Iglesia - y dejándonos ofrecer con el Cordero Inmaculado y ofreciéndonos con él.
En los momentos de oración, sobre el altar que está sobre la tumba de San Pedro, presenté a toda nuestra Iglesia de Canelones, a todos los amigos y compañeros de camino en el testimonio del Evangelio.
La meditación del Papa sobre el ciego Bar Timeo, que suplicó insistentemente: Maestro, Rabbí, Hijo de David, ten piedad de mí, me ayudó a rezar íntimamente para que el Señor se apiade de mí en la misión que me ha encomendado y a poner en y solo en él toda la confianza.
De allí salimos con toda la Iglesia, enviados a anunciar el Evangelio de Jesucristo a toda la creación.
Preparándonos a la celebración, en el llamado "brazo de Constantino" (mirando a la Basílica a la derecha)
Mons. Milton Tróccoli (se ve atrás la majestuosa escalera, la entrada más solemne al Palacio Apostólico)
Con Mons. Luis Negri, obispo de San Marino - Montefeltro
Desde donde estaba colocado en la Misa
Delante, parados, Cardenal Schönborn, arzobispo de Viena y Cardenal Rouco, arz. de Madrid, se puede ver chiquito al Papa.
Mons. Tróccoli (yo estaba a su lado), en el fondo se ve la cátedra con la gloria de Bernini
Después de la Misa, en el frente de la Basílica con Mons. Milton Tróccoli
con Mons. José Luis Chávez (arz. de Antequera-Oaxaca; compañero del Pío Latino Americano, estaba un año antes que yo)
esperando que apareciera el Papa en la ventana
el Papa leyendo el saludo antes de rezar el Angelus
los fieles, con la Basílica al fondo, escuchando al Papa.
Comentarios
Publicar un comentario