Queridos hermanos en el sacerdocio: Abundancia de gracia, amor y luz nos dé el Espíritu de nuestro Dios. En este Domingo del Buen Pastor quiero enviarles a todos ustedes, mis hermanos presbíteros, yo co-presbítero con ustedes, un abrazo fraterno y un saludo paternal. Del trabajo de los sacerdotes que se sucedieron en esta Iglesia, y últimamente del trabajo de ustedes, fecundado con la gracia del Espíritu Santo, recibo yo esta grey, que también con ustedes me toca apacentar. En ese sentido yo no he hecho nada, sino recibir en mis manos, para mi cuidado, el gran don del Pueblo de Dios, Iglesia de Canelones. Y, por lo mismo, soy deudor agradecido de lo que el Señor, único pastor, ha ido realizando por medio de ustedes. Al mismo tiempo, habiendo recibido el ministerio de Obispo de esta Iglesia, junto con mi agradecimiento, tengo el deber de reunirlos y ayudarlos a crecer, juntos y cada uno, en la fidelidad a la vocación que recibimos ...
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